Elina Leonhart es profesora de Geografía en el Instituto de Formación Docente Continua (IFDC), especialista en Teledetección y directora del proyecto de investigación Red Escuelas Amigas del Ambiente. Trabaja junto a la UNESCO en el fortalecimiento de 26 instituciones rurales de San Luis, que están bajo riesgo de incendios forestales e inundaciones. En entrevista con el equipo de Investigación en Curso demuestra cómo las características climáticas y topográficas de San Luis contribuyen a la proliferación de olores nauseabundos.
-¿Qué nos puede decir sobre la problemática de los malos olores?
Si vamos a hablar de contaminación por olor contaminación olfativa, tiene varias denominaciones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) categoriza los olores según su origen, si es un olor industrial o si viene de la parte agrícola y/o ganadera.
Para mí la contaminación odorífera es una de las más complejas en el ambiente. Por ejemplo, la contaminación por ruido se mide por decibeles, la contaminación del agua y del suelo se puede detectar con un análisis químico. En cambio, el olor es percibido por nuestros sentidos, por lo que a una persona le puede molestar mucho y a otra poco o nada. La subjetividad es muy difícil de medir.
-¿Cómo repercuten las condiciones geográficas de San Luis en la proliferación de olores?
En primer lugar, la provincia de San Luis tiene una extensión latitudinal, es como un gran rectángulo que se extiende de norte a sur. Geográficamente se ubica entre la región de Cuyo y la región pampeana, cuenta con una parte montañosa y otra parte de planicie; ésto significa que la Provincia está totalmente expuesta a los vientos del sureste, que vienen desde Buenos Aires y del sur de Santa Fe, también llegan los vientos del norte y noroeste, generalmente asociados al sonda porque son cálidos y secos.
Cuando nos preguntamos por qué hay tanto olor, la explicación está dada por los vientos. Me refiero a que si en una ciudad se perciben ciertos olores desagradables, eso depende de los elementos y establecimientos contaminantes que rodean a la ciudad. El problema se agrava también por las condiciones de viento y temperatura.
-¿Hay muchos elementos contaminantes en San Luis?
Alrededor de la ciudad de San Luis podemos encontrar entre 40 y 41 emisores de olor, entre ellos feedlots, piletas de decantación, piletas industriales y reservorios de agua en estado de putrefacción. Hay un factor importante y es que todos esos lugares están dispuestos en forma de semicírculo, rodeando la Ciudad y en dirección a los vientos. En este sentido, no creo que haya una sola causa, ni un solo origen de este tipo de olor que estamos percibiendo.

Imagen satelital de los focos de emisión de olores distribuidos alrededor del Gran San Luis
–Con respecto a los feedlots ¿qué consecuencias ambientales traen este tipo de establecimientos?
Si bien los feedlots son necesarios en el sentido de que generan empleo y producen alimentos, no son lugares chicos. Estamos hablando de casi 40 empresas y más de mil animales por establecimiento.
Sin embargo, también hay que considerar la infraestructura en el tratamiento de los residuos. Las empresas chicas suelen tener menos tecnología, mientras que los emprendimientos grandes son más cuidadosos, ya que se los somete a más inspecciones.
-¿Y con el caso del feedlot “La Nelly”?
Si hablamos específicamente sobre lo que ha pasado con “La Nelly”, es que la ciudad de San Luis creció en dirección a ese lugar y se encuentra cada vez más cerca. Entonces entramos en una dicotomía porque por un lado tenemos a un empresario que hace años instaló su feedlot a más de 8 kilómetros de un ejido urbano, y por otro lado hay una ciudad que se extendió sin ninguna planificación con respecto a la ubicación de los feedlots. Creo que ahí deben intervenir los gobiernos, no con sanciones, sino con ayuda para mantener este emprendimiento con el mínimo impacto posible.
-A pocos kilómetros de “La Nelly” se encuentran las piletas de oxidación de la Municipalidad de Juana Koslay, ¿ésto incide en la emanación de olores?
No, porque las piletas están ubicadas al sudoeste y no tenemos frecuencias de vientos que provengan de allí. Lo que sí llega del sudoeste a la ciudad de San Luis son las tormentas más agresivas.
-Los vecinos de Juana Koslay plantearon que los olores solían percibirse al atardecer ¿a qué se debe ésto?
Se explica por el calor. Durante la noche, la tierra se enfría, y a la mañana, cuando sale el sol, el suelo empieza a incorporar el calor. Luego comienza el mismo proceso pero a la inversa, entonces, la tierra se enfría nuevamente de a poco y alrededor de las 5 o 6 de la tarde, los compuestos del suelo emiten el calor incorporado y proliferan los olores. También hay que tener en cuenta condicionantes atmosféricos como la presión, el nivel de humedad y la presencia de un frente de tormentas.
Entrevista realizada el 24/10/2024